6 y 7-08-2023
Artículo dedicado con especial cariño a mi amigo de la adolescencia que disfrutó, sufrió y completó esta gran clásica del Pirineo también llamada "pequeña arista de Peuterey".
El año pasado mientras estaba escalando una cascada de hielo en los llanos de Aigualluts me fijé en esta imponente arista, la cual se quedó clavada en mi memoria.....habría que hacerla, claro!
Este verano todos los astros se alineaban! Mi amigo desde los 15 años y que ahora vive en Luxemburgo viajaba con su familia a Pirineos y yo con la mía desde Málaga.
Nunca olvidaré ese día en que un catálogo de Petzl (en papel por supuesto, no había móviles) cayó en nuestras manos y explicaba como escalar. Sin más, nos hicimos con dos arneses, una cuerda, un descensor 8, dos exprés, los pies de gato mas baratos que había y nos echamos al monte. Años de inconsciencia, peligros innecesarios, aprendizaje a base de errar.................., pero al fin y al cabo años de felicidad juvenil.
(primer día de escalada en mi vida, cuerda estática y dos cintas exprés, quitábamos la de debajo para ponerla por encima de la otra; ahora lo pienso y me muero del miedo, jajajajajajaja!)
(Lara y yo orgullosos de nuestra gesta, jajajaja!)
30 años después de estas fotos nos encontramos felices de poder caminar juntos hacía una aventura más.
Justo antes de despedirnos de nuestras familias hasta la vuelta, Rocío la mujer de Lara se me acerca y me dice: -Cuídamelo y tráemelo de vuelta.
Estas palabras te hacen pensar en todo lo que hay detrás de la vida de cualquier persona. Sin lugar a dudas lo importante es volver a casa y disfrutar de la vida un día más, mañana inventaremos otra aventura si "esa" no pudo ser.
Decidimos cenar en el último arroyo que encontramos para ahorrar todo el agua posible y contemplar el mundo que nos rodea y que a veces con las prisas dejamos a un lado.
Continuamos nuestra marcha hacia el collado de Salenques, donde la noche nos alcanza buscando algún vivac decente donde pasar la noche, las últimas luces que nos envuelven sin duda son hechizantes y me siento feliz de estar donde estoy.
Finalmente tras trepar por la arista un buen rato terminamos encontrando un buen vivac a 2.950 metros, donde disfrutaríamos de un manto de estrellas inolvidable; y donde un amanecer no menos memorable nos alcanzó.
El viento empezó a soplar a media noche y el frio nos hizo remolonear un poco para que nos alcanzasen los primeros rayos de sol.
Tras lo cual nos pusimos en marcha progresando de forma fácil y rápida (no subirse aun al filo de la arista, siempre a su derecha).
Hasta que nos encontramos con las características placas rojas tumbadas, donde sacamos la cuerda e hicimos una escalada oblicua,
para alcanzar una pequeña canal donde hay dos clavos para asegurar al segundo.
En este collado nos surge la primera duda de por donde seguir, terminé eligiendo la correcta que era hacer una escalada en travesía por la derecha para alcanzar el "collado de la torre de Salenques".
Ahora se nos presenta la escalada de una arista más vertical, pero donde hay buenos agarres y emplazamiento de seguros.
Llegaremos a una buena plataforma, detrás tendremos una gran visión de la torre de Salenques.
En este punto hay dos opciones para superar uno de los pasos más duros de la actividad, la primera es hacer travesía a izquierda para volver a subir en pocos metros, o la que elegimos más directa, recto por tres clavos (V acerable).
(foto desde la torre Salenques. Cortesía de Ferran, guía de alta montaña mientras aseguraba a su cliente).
Desde aquí tendremos una visión impresionante de todo lo que nos queda aún de arista.
Treparemos un buen rato hasta alcanzar una sección donde por la derecha se escarpa muchísimo.
Justo aquí alcanzamos a Eduardo y Felipe, dos buenos almerienses a los que conocimos.
(Video cortesía de montañeros que subieron por la normal al pico Tempestades, gracias!)
Ellos se embarcaron un poco, nosotros nos pasamos a la vertiente izquierda y pudimos adelantarlos sin molestarlos.
En la "cara este" la escalada se suaviza.
Finalmente para llegar al pico Margalida será necesario subirse a la cresta y escalar hasta su cima.
(Foto cortesía de Ferrán "el guía", que nos pasaron en este tramo).
Desde el Margalida vemos la continuación de la cresta hasta el Tempestades y al fondo el Aneto, aun un larguísimo recorrido y no menos escarpado.
Aunque mas horizontal, no perdemos la concentración, ya que las trepadas y los destrepes siguen siendo delicados.
(Video cortesía de Ferrán. Se nos ve a nosotros destrepando y a la cordada almeriense detrás nuestra).
Una vez en el pico Tempestades el cansancio es grande (sin contar que llevamos mucho tiempo escalando a 3.000 metros) y Lara lo está acusando más todavía, ya que lleva 8 años sin hacer actividades de alta montaña. De repente me plantea escaparnos de la actividad bajando por la normal de este pico. Sin contestarle salgo disparado hacia adelante a por la "brecha de Tempestades" para no darle tiempo a pensar y que le surjan dudas sobre su capacidad de terminar la integral; ésta es la razón por la que no tenemos fotos de la cumbre de Tempestades, jajajaja!
Empezamos a destrepar, pero la roca es bastante incierta, por lo que le proponemos a la cordada almeriense que vienen pisándonos los talones hacer un rápel conjunto de 60 metros que hay instalado con un cordino, lo que aceptan de buen gusto (fue el único rápel que realizamos en todo el dia).
(En rojo el destrepe y en verde el rapel que hicimos)
Pasamos el collado sin mas problemas y seguimos unos metros en travesía izquierda para encontrarnos en un giro a la derecha con una canal vertical con dos clavos y maillones de abandono, pero veo factible escalarlo (será la escalada más difícil de toda la cresta, con resoplidos incluidos).
Tras este muro buscamos subirnos en la arista que nos conduce a la cumbre del Espalda del Aneto, pero siempre por la cara sur para sortear un gran desprendimiento.
Aquí la escalada sigue siendo muy aerea y es necesario mantenerse muy atento con la elección del itinerario a elegir, ya que no es fácil de leer y puede llevar a un embarque fácilmente.
Por fin alcanzamos el Espalda del Aneto.
La última cumbre de nuestra actividad se ve ya más cercana, las dificultades han terminado, solo falta un empujón final.
En los últimos metros que nos separan de la cumbre las risas y los comentarios entre amigos que se conocen de toda la vida afloran:
- Rodri eres un cabrón! menudo palizón que me has dado! yo creía que me traías a una aristita! me han entrado ganas de llorar!
- Lara eres una quejica! yo estaba seguro de que ibas a aguantar y lo has hecho! esta salida a la montaña no se te va a olvidar en tu puñetera vida! jajajaja!
!CUMBRE, ACTIVIDAD Y AMIGO EXTRAORDINARIOS!
En marzo del año pasado hice mi primera cumbre del Aneto en solitario por el corredor
Petit Black, sin lugar a dudas esta vez ha sido mucho mas satisfactoria y divertida!
Unos minutos después llegaron Felipe y Eduardo, con los que disfrutaríamos un rato juntos de la cumbre.
El descenso lo realizamos directos hacia el valle de Barrancs, pero esa es otra historia que se quedará para nosotros............, jajajaja!
Y como las buenas historias, todo termina como empezó, con dos familias juntas......
.........disfrutando de risas y jaleo de niños pequeños.
- 1 cuerda doble (8'6 mm) de 60 metros.
- 1 juego de fisureros.
- varios friends de tallas medianas hasta el Nº 2 de camalot.
- 10 cintas exprés.
- 3 cintas al pecho.
- 2'5 litros de agua por cabeza.